El Mirador de Guatifay

gregorio

Por Gregorio Barreto Viñoly

 

 

De la trilla de las sementeras en nuestras antiguas eras 

 

Hay que recordar el pasado teniendo en cuenta que nuestros ambientes eran enteramente rurales, imperando la agricultura y la ganadería a todos los niveles, y así casi todos los sectores eran de esos tipos, pues para exceptuar solo tendríamos una raquítica pesca, aparte de los muy modestos movimientos comerciales.

 

Como se desprende, la casi totalidad de la población, tanto masculina como femenina, se dedicaba o entretenía en las labores agrícolas o ganaderas, exceptuando algunas dedicaciones de mujeres a la modistería, y también algunos se empleaban como sirvientes, aparte de otros trabajos manuales como cesteros, latoneros o herreros.

 

Yendo al fuerte de la dedicación, como era la agricultura, uno de los ejercicios principales era la recolección de las sementeras, y en conclusión, la trilla que se llevaba a cabo en nuestras antiguas eras y así eran muchas las casas que tenían una era propia, pero también eran muchas las familias que se desenvolvían en los tiempos de trilla en las eras de algún familiar o algún vecino cercano de confianza.

 

Las antiguas eras solían ser bastante grandes y eran aprovechadas especialmente para la trilla de las sementeras, pero algunas se dedicaban además, incluso para llevar a cabo algunas luchadas, y además también fueron algunas estrenadas para celebrar bailes en noches veraniegas, pero además estas grandes eras y otras menores se aprovechaban para coger las aguas de lluvia que discurrían por ellas y que iban a parar a un aljibe o más de uno, que se hallaban inmediatos a tal fin.

 

Podemos decir que la mayor parte de nuestras antiguas eras ya han desaparecido, especialmente por el motivo de que han ido edificando sus dueños, algunas casas, aparte de otras derribadas para ensanchar el espacio del huerto junto a la casa, pues desde los años de 1960, empezó la decadencia de la agricultura y de las aguas.

 

Las trillas más antiguas o tradicionales eran las que se hacían mediante la preparación de una denominada cobra, la cual se hallaba compuesta por los animales que solía haber en la propia casa, como burros, reses vacunas y hasta camellos, y la responsabilidad de mantener la cobra en orden se atribuía a una burra vieja, que se situaba en el centro del carcadero o calcadero, y que tiraba por el resto de la cobra, manteniéndola en orden, y eso a veces se alteraba cuando había burros machos, que tendían a desobedecer, y a esta burra vieja se le decía ‘la de tener’.

 

En esta tarea de trilla, había que tener a mano una vasinilla, porque algún animal podría hacer sus necesidades y había que estar muy al tanto. Luego, desapareciendo los animales a partir de 1960, se empezó a trillar con un carricoche o triciclo, y también alguna pala mecánica pequeña, y hasta camioncitos y coches, que daban vueltas en la era, trillando la paja y ayudando a separar los granos, y eso había que hacerlo siempre teniendo en cuenta que la sementera estuviera en una buena sazón, o sea que la sementera estuviera ‘amorosa’, no mojada, evitando que estuviera ‘bronca’, para no desmigajar la paja, y procurando que no se estropeara.

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