Balcón de Haría

gregorio

Por Gregorio Barreto Viñoly

 

 

Referentes de fondas y pensiones que hubo en el municipio de Haría

En esta ocasión nos vamos a referir a dar un repaso a las fondas y pensiones que hubo, ya hace muchos años, en el municipio de Haría, que también han sido llamadas en otros sitios como mesones, posadas, aposentos y otros, como hostales pequeños que existieron en el pueblo de Haría, aparte de otros lugares de la Isla, y los cuales fueron creados en especial para albergar a gente que venía de paso desde fuera, para quedarse bajo techo y obtener comida, porque para la gente del pueblo cada uno tenía su casa y su comida habitual.

 

De las pensiones y fondas que se fundaron en Haría, puede decirse que la más antigua fuera una que tuvo Don Aurelio Romero Álvarez, que procedía de Máguez, que fue casado con Doña Cipriana Acuña Bonilla, y que tuvo varias hijas apellidadas Romero Acuña, y tuvo su negocio en la Plaza de Haría, junto al hoy Mercado de Arte Sacro Popular, cuya propiedad pasó luego a su nieta Doña Benedicta Fontes Romero, y que tuvo bastante demanda en aquellos tiempos de los años de 1910 a 1930, cuando poca gente recalaba por aquí, y remedió con buena decencia a sus huéspedes, en unas condiciones bastante aceptables para la época.

 

Luego y coincidiendo incluso en paralelo en el tiempo, fundó su negocio de bar y de billar en la parte baja, teniendo en la parte alta las dependencias destinada a la pensión, en el centro mismo del pueblo de Haría, frente al Ayuntamiento, el entonces popular Don Ladislao Rodríguez Bonilla, casado con Doña Dolores Lasso Rodríguez, fallecida el 29 de junio de 1942, y el cual ya fue envejeciendo y falleció el 2 de mayo de 1935, y fueron sus hijos Don Aquilino y Don Antonio Rodríguez Bonilla los que le sucedieron en el negocio, pero también estos se fueron enfermando, falleciendo Aquilino y quedando impedido Antonio, en años de 1950, y luego en esta misma década se presentó un gran movimiento derivado de los famosos bailes que se hacían en Haría y en Máguez, y entonces este negocio se fue adaptando a la nueva iniciativa y la parte alta del edificio se fue preparando para salones de baile, con gran fervor y rivalidad en aquella época, y debajo para billar, bar y tienda.

 

También en los años de 1930 y hasta los de 1950 surgió otra pensión en el pueblo de Haría, y vaya que la promovieron los vecinos de Haría Don Manuel Feo Cabrera y su esposa Doña Amalia Viñoly Perdomo, en su propia casa en la Calle Ferrer de Haría, en confluencia con la Calle Molino, y atendían especialmente a maestros, guardias civiles, militares y algunos otros pocos que conseguían un puesto de trabajo en el municipio; algunos militares se sucedían por el pueblo de Haría, ya que hubo un batallón en el mismo, además antes la Batería de El Río, y llegó a tener bastante clientela, en tiempos generalmente malos.

 

La última fonda que hubo en Haría fue una que puso Doña Inés García García, la que procedía de Órzola, y su negocio lo montó en su casa de la Calle Ferrer, cerca al sur, de la entonces Planta Eléctrica de Haría, de La Cruz, allá por los años de 1980 y de 1990, y esta señora se hizo famosa por haber tenido la suerte de coincidir y dar de comer al gran artista internacional como lo fue Don César Manrique Cabrera, pero tuvo la suerte además de que también se agregaban otros personajes famosos que alternaban con él, como Alfredo Kraus, Pepe Dámaso y otros varios, pero esta mujer además tenía clientela de guardias civiles, maestros e incluso de clientela en general, cuando ya venía un poco más de gente a Haría, y su cercanía al famoso César Manrique la hizo además acceder al galardón de ‘Premio Haría’.

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