Un monótono café. Por Reyes Concepción

Me molesta cada mañana

ver tu cara en la almohada

y el monótono café

olvidado en una taza.

 

Me molesta que al volver

quieras desaparecer,

perdida la mirada

con la excusa preparada.

 

Sé muy bien adónde vas,

sé muy bien con quién estás,

sé que el otro te dará

lo que en mí no buscas ya.

 

Sé que te marcharás,

que la maleta llenarás

con tus mentiras.

Sé que no volverás,

que el café se quedará

sin beber en la cocina.

 

Nadie habló del sabor,

ése que deja el amor

cuando se vuelve amargo.

Caricias en el salón,

besos en un rincón

durmiendo su letargo.

 

Vacía está tu almohada

y, en una gota derramada,

una lágrima olvidada

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