Balcón de Haría. Por Gregorio Barreto Viñoly

Gregorio BarretoDe las cosechas y venta de alfalfa hace ya muchos años

 

 

Antiguamente se plantaban las fincas al cien por cien y en la totalidad de sus superficies, al menos las ubicadas en el término municipal de Haría, pero no solo a nivel municipal, ya que eso era normal en toda la isla de Lanzarote, y en todas las islas del archipiélago canario, pero llegando el turismo, a finales de la década de 1960, se fue cambiando la fisonomía del suelo y costumbres de la población, y digamos, sin temor a equivocarnos, que la llegada del turismo, trajo el comienzo de la ruina de la agricultura, y aunque resulte paradójico, pensemos que fue así, aunque ello haya sido para bien al fin, porque con la llegada del turismo, se crearon muchos puestos de trabajo, en hoteles, hostelería y servicios al fin, hasta el punto de que la gente fue dejando su trabajo habitual que era la agricultura, para dedicarse a hacer otras cosas menos forzadas.

 

Y es que el trabajo de la agricultura de antes era muy duro, pues eso de coger la azada, la guataca, el plantón, el escardillo, la escardilla y muchos otros, pues era un trabajo inhumano, y la gente se quejaba de la espalda, lumbago, caderas, rodillas, tobillos y demás, y pensemos que la gente, en especial los hombres, ya tenían que someterse al médico y al fin prepararse para alguna operación, con aplicación de alguna prótesis, porque los dolores se hacían inaguantables, y había que buscarse algún remedio para paliar o aliviar siquiera estas dolencias, llevando con ello también a muchas mujeres que empezaron a padecer de lo mismo, lo que ya era general.

 

Así, por esos motivos, hubo que abandonar muchas fincas que eran fértiles, y ello llegó a dejarse de cultivar fincas incluso de las vegas, como terrenos más fértiles, resultando que ya la superficie abandonada es superior al 80 por ciento de la totalidad, que no hace muchos años se cultivaba y daba unas importantes producciones.

 

Pero dentro de esos productos o cosechas que antes se obtenían estaba la alfalfa, como uno de los cultivos que llegaron a ser muy rentables.

 

Digamos que la alfalfa se plantaba en terrenos más bien de baja calidad y producía unas grandes cosechas, pero luego se le fue dando cabida a terrenos de un valor más considerable, y así se plantaba mucho en zonas de Los Llanos, de Las Casillas, de Guatifay, de Gayo, de Guinate, de Ladera de Núñez, y otros terrenos en general en todos los sitios, habiéndose plantado mucho en la zona de La Capellanía de Máguez.

 

La alfalfa es una hierba de forraje, para los animales, pero no se solía consumir en el municipio, y la gente se valía de los muchos estraperlistas que antes había, o por encargo, y esta alfalfa iba a parar mas bien a Arrecife, donde entonces se permitía la tenencia de animales domésticos, y esta era hierba exquisita para los animales de leche, y se recogía por algunas personas, hasta 500 kilos de un solo corte.

 

Digamos que la alfalfa solía plantarse de semilla que se recolectaba de las matas más viejas y ensemilladas, y se solía cortar todos meses, si bien lo más que se obtenía eran ocho cortes al año, porque los meses mas secantes, al no haber humedad en los terrenos, la alfalfa no crecía mucho y había que esperar a que lloviera para que reventara con fuerza. Este corte de a alfalfa significaba un trabajo muy duro, con una mocha, ocasionando muchos dolores en la espalda, y había que hacer muchas argollas por inaguantable.

 

Las personas que se dedicaban a este cultivo lo hacían con una rudimentaria alpacadora, formando alpacas que se amarraban con vergas y así se manejaba mejor.

 

En los años de 1950 y 1960 fue la época de mayor apogeo, se vendía toda, a un precio de unas cuatro pesetas el kilo de alfalfa seca y se recogía en verde y había que someterla al secado, y para obtener un kilo de alfalfa seca se necesitaban de tres a cuatro kilos de alfalfa fresca.

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