De los bailes que se hacían en la antigüedad, por nuestros mayores

Es bueno recordar, y no echar en el olvido, los momentos festivos que llevaban a cabo nuestros antepasados. Eran fiestitas a nivel sencillo, natural y cotidiano, porque en realidad se trataba de reunir a la gente y mostrar unas aficiones que han existido desde siempre y que se centraban en los bailes, cuyas formas también han tenido su propia evolución con nuevas costumbres que se fueron introduciendo, a lo largo de la historia. Siendo una parte interesante el saber en qué lugares se llegaron a hacer estos bailes en la demarcación más cercana.

gregorio

Ahora se suele recordar a estos bailes como bailes de candil, baile de taifas y otras denominaciones, aunque la verdad era sólo una, bailes de timple y guitarra, bandurria y otros instrumentos musicales. Se hacían en la habitación más grande de casas particulares o en un almacén debidamente acondicionado, algunos fueron tomando hasta nombre y personalidad. Más antiguamente tenían lugar los domingos por las tardes y parte de la noche pero, al venir las nuevas modalidades de sociedades, se fue dando preferencia a éstas y se les dio el domingo para estas nuevas iniciativas. Los bailes de timple y guitarra se fueron haciendo cargo de los sábados por las noches y se formaban fiestas muy divertidas.

Siempre se ha bebido vino en estos encuentros y los jóvenes llegaban a emborracharse y así llegaban a pelear cuerpo a cuerpo. Incluso eso se miraba como un aliciente para valorar la calidad o categoría de la fiesta. Al día siguiente se solía preguntar cómo había estado la fiesta de la noche anterior y si había habido muchos o pocos pleitos. Entonces eran estos pleitos los que calibraban la categoría de la fiesta.

Donde más se formaban estos pleitos era en los pueblos de Órzola, bailes de Isidro Curbelo Dorta y Emilio Curbello Arráez; de Yé, bailes de Domingo Perdomo Dorta y de Ginés Hernández Perdomo, donde se robaba hasta queso en plan de listeza de otros pueblos. Los mayores aún recuerdan los bailes que se hacían en Arrieta, en un almacén de Ramón Barreiro Mougán y en casa de Manuel Mesa Bonilla; en Tabayesco, en casa de Antonio Betancor Rijo; y en Mala se hicieron bailes de este tipo pero más antes, porque hubo sociedad en 1924 y ya se fueron imponiendo modas nuevas.

Pero posiblemente era en los pueblos de Haría y de Máguez donde se hicieron más bailes de estos antiguos. En Haría se nombraba mucho una zona de La Isleta, Casa de Cristóbal y otros. En Máguez hubo bailes de timple y guitarra en casa de Faustino Betancor Feo y en el llamado Triunfo, de Antonia Rodríguez Rodríguez. Pero quizá lo más destacado fuera un almacén que tuvo José María Feo Barreto, hasta que se creó la Sociedad de Máguez. También hizo bailes Julián Betancor Villalba, algunos con un portero al que solían llamar Cabo de Vara, aunque en Máguez llegaron a hacerse en alguna era y hasta se hicieron en casa de Juan Bautista de Léon y León en segunda planta, y con algunas iniciativas de Juan Pablo de León Guerra.

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